El edificio
fue creado con el objetivo fundamental de que los hermanos de la Orden
atendiesen a los enfermos que previamente habían sido tratados en el Hospital
de San Juan de Dios (actual Asamblea)
Felipe V y
Fernando VI dieron licencia al Convento Hospital para que los Hermanos de Jesús
pudieran recoger limosnas, con las que se sostenía esta institución.
Los Hermanos
de Jesús Nazareno hacían votos simples y vestían traje de pana negro botas de
piel y sombreo de fieltro.
Los votos son tres: pobreza, obediencia y castidad.
Imitan, en el religioso, la vida de Jesucristo,
según los consejos evangélicos.
Obligarse a cumplir los votos es profesar (profesión religiosa), y
el que lo hace deja de ser novicio para ser profeso. Existen
varios grados en esa profesión de votos: hay una profesión simple o temporal
("votos simples") y una profesión solemne o perpetua ("votos
solemnes").
Durante las
guerras con Portugal del segundo tercio del siglo XVIII, el convento fue
utilizado como hospital de guerra, atendiendo los religiosos a soldados
apestados que provocaron la muerte de varios hermanos.
En 1780, el
Hermano Presidente y demás religiosos del Hospital pidieron que fuese declarado
de “patronato real”, aceptando el Rey , Carlos III la petición, razón por la
que se colocó junto a la portada las armas reales que pueden observar a la
derecha de la portada. Ese patronazgo, no supuso para el convento-Hospital,
aportación de ingresos por la Corona, pero sí la exención de determinados
impuestos
Los religiosos
abandonaron el Hospital durante la Guerra de Independencia. En octubre de 1814,
permaneciendo abandonado y estando muy castigado por la guerra las religiosas
del Convento Concepcionista intentaron que se le cediera, pero no lo
consiguieron. Poco tiempo después, los Hermanos de Jesús volvieron al hospital
y se dedicaron a su restauración. En una de las columnas del claustro se
encuentra una inscripción que refiere la terminación de la obra de restauración
en 1837.
En 1839 fue
desamortizado, pasando a formar parte del patrimonio municipal que inicialmente
(entre 1842 y 1851) lo destinó a manicomio (Casa de Dementes), hasta que éste,
por necesitar mayor espacio, se trasladó al convento de los franciscanos
descalzos, en la calle Almendralejo
En 1859 pasó a
ser cárcel del partido de Mérida.
Desde 1929, a raíz de una visita de
Alfonso XIII a la ciudad, se iniciaron las obras para habilitarlo como
Hospedería.
Había sido Alfonso XIII quien eligió el
primer emplazamiento en medio de un paraje de singular belleza de la Sierra de Gredos,
entre Madrid y Ávila, una construcción a semejanza de los clásicos pabellones
de caza. Dos años de obras fueron suficientes para poner en valor el edificio
en el Alto del Risquillo que regala bellas panorámicas del Valle de Tormes, la
Sierra de Piedrahita y Béjar, y el macizo de Gredos. Así en 1928 se inaugura el Parador de Turismo de Gredos,
el primero de una red de alojamientos emblemáticos.
Los siguientes en abrir sus puertas
fueron los de Oropesa, en Toledoen 1930; Ciudad Rodrigo, en Salamanca, en 1929; Úbeda en Jaén en 1930; y Mérida, en Badajoz,
en 1933. La Guerra Civil supuso un fuerte retroceso pero terminada la contienda
el proyecto fue retomado con fuerza para impulsar el turismo.
En Febrero de 1966, el Ministro de Información y Turismo Inauguró el
Parador de Mérida
En el acto inaugural, el gobernador civil de
Badajoz agradeció la preocupación que el Ministerio de Información y Turismo
viene dedicando a la provincia, que sólo en lo que va de año ha conseguido más
de ochenta millones de pesetas para su desarrollo turístico
Respondió el señor Fraga Iribarne con unas
palabras, diciendo que poner de nuevo en funcionamiento un parador que, como
éste de Mérida, cuanta ya con treinta años de magníficos servicios, significa
para él, junto con la satisfacción que entraña la iniciación de una nueva
etapa, la expresión material de ese ingente esfuerzo de modernización, mejora y
puesta al día que preside las intenciones de la Administración Pública en su
política de turismo.
Exaltó las tierras de Extremadura y anunció
que el Estado con este parador, con el que ha inaugurado en Guadalupe, con el
que próximamente será abierto en Jarandilla de la Vera, y con la construcción de
uno nuevo en Zafra, quiere subsanar en lo posible la escasez de alojamientos
que sufría esta zona
Fuentes:
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