domingo, 25 de marzo de 2012

Psicologia de Manada


El comportamiento de rebaño término que se aplica a los seres humanos aparece por primera vez en el libro de 1914 El Dr. Wilfred Trotter "Instintos de la manada en la Paz y la Guerra" . No era exactamente una idea nueva, aunque Trotter puede ser acreditado como autor de la frase. Sigmund Freud, por ejemplo, la describe ampliamente en sus ideas de la psicología de masas, y Carl Jung sugiere que la psicología es consecuencia de lo universal o inconsciente colectivo. (o de masas)

Uno de los aspectos del comportamiento de rebaño que a menudo se observa es que el rebaño no está totalmente interesado en la protección del grupo. En cambio el interés propio es un motivador primario.






Saberes desechables

Este texto forma parte de un estudio más amplio llamado "Sujeto a lo económico: efectos de la norma única en el campo de la inserción laboral" Trabajo presentado en el grupo de Psicoanálisis y Pedagogía en mayo de 2004. Xavier Orteu

Aún siendo un estudio de 2004, considero que recoge una visión de los problemas sobre el trabajo absolutamente certera. Y el punto que he elegido de todo su estudio, Los marcos institucionales de la inserción laboral, que, repito, es bastante amplio, es el que, en este momento, me afecta. Después de más de dos años realizando cursos (unos con mas interés que otros) dependiendo del educador (o mas bien de que éste lo fuera o no) de turno y de sus habilidades (o carencias de ellas las mas de las veces), puedo asegurar que soy la feliz poseedora de muchos "talentos totalmente desechables".

El encargo / la finalidad. Los dispositivos de inserción trabajarán para adaptar a los parados a esta nueva normalidad. Este encargo, en realidad es el de dar un lugar en el que poder construir una nueva identidad laboral y que supla a la red laboral como espacio de vínculo social.  El contrato fundacional de estos dispositivos se asienta en ofrecer un espacio en el que se hace presente una promesa, volver a ocupar un lugar dentro del mercado laboral. Pero para alcanzar este objetivo, se encuentran con un obstáculo: intentan dar valor social al parado a través del acceso al trabajo en un momento en el que el mercado de trabajo justamente desregulariza todos los sistemas de acceso, de circulación y de promoción.

El sujeto. En este punto, los dispositivos afianzan sus estrategias de control a través de la individualización del problema la cuestión no se va a plantear en relación al paro sino en relación al parado. Las acciones tienen como punto de partida una explicación de por qué una determinada persona y no otra, está en paro. Sin ánimo de entrar a fondo en este tema, podríamos decir que se dan dos grandes bloques de respuestas Aquellas que tienen que ver con lógicas de carácter sustancialista que proponen una lectura en la que el parado lo es en-si-mismo, se es parado y hay causas en su interior (explicadas por circunstancias económicas, sociales o incluso familiares, circunstancias "socio") que explicarían porqué ha sido esa persona y no otra la que ha quedado en paro. En ellas la responsabilidad del sujeto se borra.

Otra posición es la que entiende que el sujeto está en paro -en lugar de es un parado-. El parado es un efecto de estar en una situación de paro, por lo tanto las causas que explican como está en paro remiten a una cuestión de su responsabilidad al respecto. De algo particular que tiene que ver con su experiencia y por lo tanto de cómo se hace cargo de ella.

El agente. La lógica de acción de los profesionales en estos dispositivos es la que sigue: inicialmente se busca una información útil, una evaluación que de cuenta del desajuste entre el sujeto y el ideal de trabajador que opera en la mente de los agentes. Este factor de desajuste se valora en términos de "empleabilidad" y va a puntuar al parado en términos de déficit, de aquello que le falta para llegar a ser el ideal de trabajador. Para delimitar este desajuste se emplean protocolos, cuestionarios y otros mecanismos análogos.

A partir de aquí, se plantea un proyecto de inserción en el que se desarrollen aquellos aspectos que se han señalado. Los educadores son quienes van a ejercer de jueces a la hora de valorar la legitimidad del esfuerzo que desarrolle el sujeto. En este sentido, se recuperan viejas formas de filantropía en las que el sujeto debe poner de manifiesto que es un "buen parado. El desarrollo de este plan se concreta en acciones, módulos, cursos o programas de apoyo o como también se llama actualmente, de "acompañamiento" a la inserción. En estas acciones ha nacido un prolífico mercado de la personalidad en el que el futuro trabajador deberá adquirir aquellas competencias personales que se requieren para el lugar de trabajo al que aspira. La mayoría del saber que se adquiere es de carácter perecedero1ya que los contenidos a trasmitir son del orden de lo que algunos denominan como "saberes desechables" (*)
(*) En estos momentos el talento, por sí solo, no significa nada. Habrá que afilarlo continuamente, porque lo que hoy es actualísimo, mañana será cosa del pasado, algo inservible y hasta incómodo ante las nuevas realidades. Y los gerentes y líderes, tendrán también que desarrollar nuevas competencias y ser conscientes de que su equipo de trabajo tendrá que estar a la vanguardia de los vertiginosos cambios

Así, tendríamos, Los SABERES que nos aportan la indispensable estructura para pensar y construir nuestra personalidad y estos, saberes "desechables", destinados a reconfigurar el aparato "educativo" según los intereses políticos y financieros del Capital (o de los Mercados como se les llama ahora)  En definitiva, se trata de saberes desechables, tan desechables como las personas que los detentan provisionalmente, en la medida en que, al basarse en competencias rutinarias y estar adaptados a un contexto preciso, dejan de ser útiles en cuanto se supera su propio contexto