domingo, 24 de mayo de 2015

Por la dehesa



Con solo mentar la primavera ya pienso en amapolas rojas. 







Ovejas con buena sombra




Jara rosa en flor




domingo, 26 de abril de 2015

¿un tragito?

La receta de El vino de rosas aparece en De re coquinaria  I,III,1 de Marco Gavio Apicio, que vivió en el siglo I.



Aunque muchos lo conocen como el primer  recetario de cocina parece que en realidad está lejos de ser una obra original escrita por Apicio (si es que fue realmente su autor). Numerosas variantes del latín utilizado en los diferentes capítulos, incongruencias cronológicas en el lenguaje y partes inexistentes (pero que aparecen indicadas en el índice)  hacen pensar en la recopilación y en los añadidos sucesivos que la obra de Apicio ha vivido a lo largo de los siglos.

Apicio era conocido sobre todo por sus excentricidades y una enorme fortuna personal que dilapidó en su afán por hacerse con los más refinados alimentos, elaborados en complicadas recetas, algunas atribuidas a él, como el foiegras obtenido del hígado de gansos alimentados con higos.



Su desmedido epicureísmo le granjeó la antipatía de los estoicos contemporáneos suyos, como Séneca o Plinio el Viejo.

Se desconoce con exactitud la fecha de su muerte, probablemente acaecida en los años finales del imperio de Tiberio.

La tradición dice que se suicidó envenenándose al asumir que su estilo de vida lo había arruinado completamente. Quizá, por todo ello,  sí le podríamos otorgar el título de “primer gran gourmet de la historia”.


El libro ofrece no sólo un conjunto de recetas sino que enseña diversos trucos culinarios para reutilizar, por ejemplo, las sobras de los alimentos cocinados o para preparar platos similares, pero con complejidad y costes diferentes.



Bueno, al lio ¡¡vamos con el vino!!

·    Ingredientes vino de rosas :

·    1 l. de vino ( rosado )
·    12 rosas perfumadas

Conseguir rosas de la mejor calidad y que no estén humedecidas por el rocío

Separar los pétalos de las rosas olorosas y aptas para el consumo ( no tratadas con pesticidas, abonos artificiales o con herbicidas ). Retirar la parte blanca de la extremidad de los pétalos 

Colocar los pétalos en maceración con vino durante siete días

Proteger de la luz y de la humedad.

Realizar un cambio de los pétalos cada siete días y así hasta completar la maceración a los 21 días.

Al finalizar el tiempo de maceración a las tres semanas completas, el vino estará listo para su consumo.  Añadir miel de buena calidad cuando se vaya a consumir

Nosotros tenemos la suerte de poder disponer de unas especias de países no conquistados por los romanos en su época, lo que nos les permitió gozar de su aroma, así que si tendemos a los aroma especiados, podemos añadirle una caña de canela y 5 clavos de especia. También se puede utilizar vino tinto  para conseguir un vino de más cuerpo, o añadir, zumo de limón al gusto, o miel, o para potenciar más el sabor, agua de rosas, de venta en herboristerías. También se pueden sustituir las rosas por violetas si estas son de vuestro gusto. 

jueves, 9 de abril de 2015

Una "Bilbaina" en el centro de la Serena

Ricardo Fernández Blanco-Moral nació en Malpartida de la Serena un 6 de Noviembre del año 1845, era hijo de Victoriano Fernández-blanco, abogado y consecuente liberal, asesinado por sus adversarios políticos el 10 de Abril de 1846 en la misma Malpartida, y de Fermina Moral Grande natural de Badajoz e hija del intendente de Rentas de la ciudad de Badajoz, Antonio Moral Arenzana, esté natural de la ciudad de Llerena.

Con tan solo tres años fija su residencia en Castuera, al casar su madre en segundas nupcias con el castuerano Antonio Morilla de Cáceres, secretario que fue de su ayuntamiento y a partir de aquí fue donde vivió toda su vida, donde casó y murió.

Inició sus estudios de Derecho en la Universidad Central de <Madrid en el año 1861, bajo la tutoría de don Mariano Fernández-Daza, quién lo acogió en su casa de Madrid, en la calle Jacometrezo. Quizás fuese obligado a estudiar, pues por su rebeldía de juventud y debido a su falta de asistencia a las clases fue expulsado por el rector al año siguiente.

Tomó contacto con el mundo de la política muy joven debido a las amistades que tenía y amigos de su difunto padre, pero fue tras la Revolución que se produjo en España en 1968, que obligó a la Reina Isabel II a exiliarse, cuando Ricardo entró a formar parte de la denominada “Junta Revolucionaria” del distrito de Castuera, entidad que se creó tras dichos acontecimientos, concretamente fue nombrado Vicepresidente de la Junta que presidió su suegro Manuel Benítez Donoso Custodio, quien ejerció de médico en Castuera más de 50 años.

En el año 1874 fue nombrado diputado provincial en Badajoz por el Gobernador Civil de la provincia permaneciendo como tal al menos hasta el año siguiente de 1875, sirvió gratuitamente un puesto en la comisión provincial, pues renunció al sueldo en favor de la provincia. También lo fue en 1881 al ganar las elecciones de Diputado Provinciales, pero sólo lo fue unos meses, pues dimitió al ser elegido Diputado a Cortes por primera vez.

Formó parte del partido liberal en la provincia de Badajoz llegando a ser elegido Presidente del Comité Provincial en el año 1881, cargo que desempeñó hasta bien entrado el siglo XX.

Dio el salto a la política nacional al presentarse como candidato liberal por el distrito electoral de Castuera a Diputado a Cortes, en las elecciones del 20 de Octubre de 1881, obteniendo una aplastante victoria y derrotando a su oponente conservador don José Moreno Nieto, Diputado a Cortes que fue por el distrito de Castuera en varias legislaturas anteriores.

De nuevo fue elegido Diputado a Cortes en el año 1886 y en otras seis legislaturas más, siempre por el distrito electoral de Castuera, hasta la última que represento hasta el año 1914.

Fue Gobernador Civil de la provincia de Tarragona del 3 de Diciembre de 1885 al 13 de Mayo de 1886, cargo que abandonó al dimitir al ser elegido por segunda vez Diputado a Cortes.

También lo fue de la provincia de Vizcaya, nombramiento que se publicó en la Gaceta de Madrid de 22 de Marzo de 1888, en dicho Gobierno Civil permaneció hasta el 10 de Julio de 1890, en Bilbao hizo muchos y buenos amigos, al despedirse fue obsequiado con un banquete de despedida en el Club Náutico de Bilbao, asistiendo más de 100 comensales, entre ellos el Presidente de Vicepresidente de la Diputación Vizcaína, los Diputados a Cortes de la provincia, el alcalde de Bilbao y algunos alcaldes y concejales de pueblos de la provincia.

Ricardo guardaba muy buenos recuerdos de ésta etapa. Con el tiempo compró una finca en Castuera, a la que llamó “La Bilbaina” como prueba del cariño que recibió en aquella provincia.


La finca sigue llevando este nombre en la actualidad


Práxedes Mateo Sagasta,  fundador del partido liberal (1885) presidiendo el Consejo de Ministros en 1881-83, al inicio de la Regencia de María Cristina
Imagen: internet

Fuente: Artículo de Anselmo V. Fernández-Blanco García. Revista “Antaño”. ISSN 1695 -9949





miércoles, 1 de abril de 2015

Estación Biológica de Doñana

Una visita a la Estación Biológica de Doñana, acompañados por el director de la Estación, Juan José Negro, que además de acompañarnos nos explica porque considera que la biología de la conservación "es ya una ciencia consolidada" y los proyectos de investigación que desarrolla el CSIC.













Seguro que todos estamos acostumbrados a ver las típicas señales de tráfico que advierten del peligro de atropellar animales salvajes o ganado, en cuyo interior se ilustra un ciervo o una res.  Sin embargo, si nos adentramos en Doñana este peligro se multiplica debido a la alta diversidad y abundancia de fauna presente en la zona. Cuando recorremos los caminos que surcan esta zona debemos extremar la precaución, como muy bien nos recuerdan unas originales señales. Aunque puede resultar pintoresco es la mejor manera tanto de no atropellar a los animales como de poder observarlos. Aparecen aves, sapos, escarabajos… y con la prohibición de distintas velocidades.

Y luego está esta, para proteger a biólogos absortos en su trabajo. 




Descubriendo Doñana

El punto de encuentro Centro de visitantes “El Acebuche, para realizar una visita guiada en 4x4 por un sector del Parque Nacional de Doñana al que está prohibido el acceso y que solo está permitido visitar a través de estas empresas autorizadas. El recorrido se adentra en el Parque Nacional por la playa de Matalascañas, hasta las dunas y por el camino rociero que siguen las hermandades de Cádiz, que está delimitado por estacas y del que está prohibido salir. Continua por el “cerro del trigo” hasta la zona de las marismas. El aguas de estas marisma procede de la lluvia y si no ha llovido suelen estar secas. Por “El Llano de Velaszquez” que te cuentan se llama así porque venía mucho el pintor ¿? Y que es un lugar de asidua afluencia de fauna. Continua hasta la desembocadura del Guadalquivir y regresa por la playa.

A la izquierda quedan algunas casas de pescadores. Nos cuentan que aún se siguen usando pero que los actuales dueños ya no podrán traspasarlas a sus herederos y que acabarán desapareciendo. Una de ellas tiene ¡¡un pozo!! Que se nutre del acuífero de agua dulce que hay bajo el Parque





Entramos por la playa de Matalascañas y nos internamos en las dunas






Al paso de las dunas, la superficie llana sobre la que se desplazan dejará al descubierto un espacio húmedo y resguardado del viento en el que se asentarán las plantas. Estos mosaicos de vegetación entre dos frentes de dunas consecutivos se denominan localmente "corrales". Dentro de los accidentes geográficos originados por las dunas, los corrales son los más caracterizados, tanto por su peculiar estructura como por la riqueza de especies que se encuentran en él. Los corrales son obstáculos temporales de las dunas ya que las dunas en su empuje terminan invadiendo la totalidad del corral. El paso de una barrera de dunas por un pinar supone la total destrucción del mismo y la aparición, muchos años después del llamado campo de cruces ya que los pinos aparecen como extrañas formas fósiles con los troncos mutilados y algunos restos de alguno de sus brazos. Una vez retirada toda la arena que produjo la destrucción del pinar quedan depresiones cercanas a la capa freática, humedeciendo la zona e incluso sufriendo pequeñas inundaciones comenzando un nuevo ciclo de generación de un nuevo corral. 






El tránsito de las dunas por los corrales está acompañado del arrastramiento de la vegetación; sólo sobreviven los pinos más altos (pinos testigos) y los enebros cuyo sistema de raíces los hace “cabalgar” por encima de las dunas




Bosquetes de pino piñonero y matorral


Y seguimos por el camino rociero que siguen las hermandades




“Las Marismillas” en obras antes de que llegue el Presidente. 


"Mariano Rajoy es el cuarto presidente del Gobierno español que escoge para descansar el Palacio de Las Marismillas, finca del Parque Nacional de Doñana. Los dos accesos al Palacio, cerrados a vehículos no autorizados, requieren cruzar el Guadalquivir desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) o recorrer en la bajamar los treinta kilómetros de playa que separan la finca de Matalascañas (Huelva). Al ubicarse el Palacio sobre terreno arenoso, los caminos que lo rodean son pistas penosas de transitar, cuando no imposibles para quien no está familiarizado con las arenas.


El disfrute de Marismillas por las elites españolas no es reciente pues ya Alfonso XI convirtió en el siglo XIV estas tierras, propiedad de los Duques de Medina Sidonia, en uno de sus cazaderos preferidos.

Tras seis siglos en manos de estos duques, el afamado Coto de Doña Ana se dividió y la finca Marismilla pasó en 1900 al bodeguero jerezano Guillermo Garvey, quien mantuvo la actividad cinegética a la que invitaba a monarcas y políticos españoles, así como a príncipes de numerosas familias reales europeas. Alfonso XIII fue asiduo cazador en la finca y el Palacio de aires victorianos que Garvey comenzó a levantar en 1900 contaba con estancia y vajillas reservadas para el monarca.

Franco no fue menos y mató en Marismillas 4 venados y 2 jabalíes del 6 al 8 de octubre de 1944, en una visita con una fría acogida por parte de los entonces propietarios, la monárquica familia Borghetto, a la que sorprendió descubrir entre los enseres del general el brazo incorrupto de Santa Teresa, según relata Carlos Morenés en su "Historia del Coto de Doña Ana".

El prestigio que las artes cinegéticas adquirieron durante el Franquismo quedó reflejado en la amplia nómina de ministros y altos cargos que cazaron en Las Marismillas, alguno de ellos con un resultado rayano en el ridículo, según algún sabio guarda de la finca. Un joven de 15 años llamado Juan Carlos de Borbón también cobró su primera pieza en Marismillas en octubre de 1953.

En medio de esta finca, Guillermo Garvey comenzó en 1900 la ampliación de la sencilla residencia que albergaba a propietarios e invitados y su heredero, José Garvey y Capdepón, amplió el inmueble, con aires victorianos, una década después hasta alcanzar la mitad de la extensión actual del Palacio de Marismillas.
A mediados del siglo pasado, los nuevos dueños, los duques de Tarifa, reforzaron el estilo de casa de campo británica del Palacio con su actual estructura de dos amplios ventanales, un mirador corrido y un colorista tejado.

El inmueble sumaba en su planta superior dieciocho dormitorios y cuartos de baño, mientras que en su planta baja destacaba un impresionante comedor, con paredes forradas de nogal y una mesa de cinco metros de largo, de una sola pieza de caoba de Cuba, que Guillermo Garvey compró en un concurso de muebles de San Francisco (EEUU).

La finca fue heredada a mediados del siglo pasado por los marqueses del Borghetto y luego por sus hijos, la familia Morenés, a quienes el Estado se la expropió tras un proceloso contencioso judicial sustanciado en diciembre de 1998.
Los Morenés perdieron, salvo unas escasas doscientas hectáreas, el disfrute de la "paradisiaca soledad" de estas tierras milenarias, donde aún se investiga la presencia de la mítica Tartessos, pero aducen, con orgullo, que supieron preservar durante cinco generaciones este edén, donde sobreviven los últimos ejemplares de águila imperial y de lince ibéricos de Doñana.

Su esfuerzo mantuvo a Marismilla -en singular, como ellos la denominan- frente a fenómenos naturales como crecidas del Guadalquivir, sequías, incendios o epidemias, y ante las tribulaciones históricas como la invasión napoleónica, la expropiación republicana, el desarrollismo franquista o el furtivismo. Ahora es el Estado el que gestiona desde hace década y media Las Marismillas -en plural- y el que vela por preservar su "paradisíaca soledad", para muchos, el alma verdadera de Doñana."



No son nada más que puntitos blancos, pero ahí estaban ¡¡flamencos!! Y era la primera vez que los veía 





A mediados del siglo XV, con la plantación de pinos y la necesidad de mano de obra, empiezan a instalarse familias en esta parte del parque. A algunas de estas familias se le adjudicó una pequeña parcela en la que desarrollaban una agricultura de subsistencia. Así nace el poblado de “La Plancha”. Sus habitantes se dedicaban al carboneo, al aprovechamiento dela piña y a otros trabajos.

El poblado llego a tener unas 60 o 70 casas con una población de unas 400 personas

Seguimos por la playa hasta la desembocadura del río y continuamos, ya de regreso, por la playa. En esta zona es donde se puede ver al que se conoce como “Barco del arroz"

El 27 de febrero de 1994, un barco chipriota cargado con 6.080 toneladas de arroz procedente de Bangkok, el Weisshorn, iba a penetrar en el río Guadalquivir con destino al puerto de Sevilla. A la altura de Chipiona, debido a la marea baja, el barco quedó encallado en la plataforma continental, provocando vías de agua. El arroz se infló con el agua de mar hasta el punto de abollar las puertas metálicas que lo guardaban. El barco acabó partiéndose en dos y la tripulación huyó del barco hacia las costas de Chipiona. Se dice que el buque no encalló por accidente, sino que fue el Capitán el que lo acercó a propósito a la costa, por una deuda con el armador. Otra versión más oficial apunta a que el barco se encontraba fondeado en el día de los hechos frente a las costas de Sanlúcar a la espera de entrar por el río, en ése día hubo un fuerte temporal que rompió la cadena del ancla, y el navío se vio arrastrado por el viento y el oleaje hasta una zona poco profunda conocida como "Bajo Picacho", donde encalló. Los vecinos de Sanlúcar y Chipiona sufrieron durante más de un mes un olor insoportable provocado por su putrefacción.

Extraido de la Wiki