jueves, 24 de mayo de 2012

Día de los Museos.18 de mayo 2012

El curso de Promoción Turística Local facilita, en su programa formativo, visitas a los lugares e instituciones donde se realizan los actos más importantes tanto oficiales como empresariales para facilitar el aprendizaje de estos estudios eminentemente prácticos y combinar la experiencia real con los conocimientos teóricos adquiridos en las aulas.

El día de los museos visitamos el MNAR, que con este motivo organizaba recorridos guiados que efectuaban los conservadores
El recorrido que nosotros realizamos fue el de las 12,00 guiado por Rafael Sabio González licenciado en Historia del Arte por la U.A.M., ha centrado su labor investigadora en dos campos distintos: por una parte en la ciudad medieval de Algeciras y su evolución urbana; y por otra y fundamentalmente en el estudio de la toponimia hispánica. En relación a este último campo, el tema del trabajo por el cual obtuvo en 2004 el Diploma de Estudios Avanzados en el Departamento de Arqueología de la U.A.M. se centró en el estudio de los topónimos derivados de nombres de propietarios hispanorromanos en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Madrid, trabajo que sirvió como base para su libro : Villas, propietarios y nombres de lugar en la Hispania romana. Metodología toponímica y catálogo de los casos recogidos en Castilla - La Mancha y Madrid.


Los precedentes del Museo Nacional de Arte Romano se remontan al siglo XVI, cuando don Fernando de Vera y Vargas, señor don Tello y Sierra Brava, comenzó a formar una importante colección epigráfica en su palacio. Su hijo, el conde de la Roca, la mantuvo y acrecentó, disponiendo algunas piezas en la fachada del edificio, el cual fue derribado a finales del siglo pasado. 
En 1724 se reunieron, a iniciativa del Ayuntamiento, a la entrada por el puente al Conventual o Alcazaba varios mármoles antiguos descubiertos en la ciudad. Este mismo siglo XVIII ve formarse otra colección, la denominada "Jardín de Antigüedades" en el Convento Jesús de Nazareno (hoy Parador Nacional de Turismo), bajo la atenta supervisión de dos eruditos de la época: Agustín Francisco Forner y Segarra, y el padre Domíngo de Nuestra Señora. 
Desde entonces, diversas excavaciones van a ir proporcionando numerosos objetos arqueológicos que acrecientan notablemente las citadas colecciones. 
Como consecuencia de la Desamortización del Estado, consciente de la importancia arqueológica de la ciudad, cede en 1838 para museo la Iglesia del convento de Santa Clara, donde se instalan, por fin, las series emeritenses. El primer inventario del centro, realizado en 1910, arrojó un total de 557 objetos. 
Posteriormente, bajo la dirección del catedrático de Arqueología de Madrid, José Ramón Mélida, y del erudito arqueólogo local Maximiliano Macías, comienzan las excavaciones sistemáticas en el conjunto monumental emeritense (teatro, anfiteatro, circo, necrópolis, casas, etc.), que se desarrollan entre 1910 y 1936. Los fondos del museo, incorporado desde 1939 a la tutela del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, aumentan hasta el número de 3000 piezas. 

La idea de crear un museo dedicado exclusivamente al arte y la cultura romana en Mérida era acertada, ya que el yacimiento emeritense a través de sus restos monumentales y de las piezas de su museo nos acerca al proceso de romanización en Hispania en todas sus facetas. Por otra parte, la relevancia de sus colecciones adquiere una dimensión que excede el ámbito local y regional, y justifica su carácter de Museo Nacional. 

No se dudó de la ubicación del nuevo museo. Nada mejor, según apreciación de su anterior director, José Álvarez Sáez de Buruaga, que situarlo contiguo al teatro, anfiteatro y casa del anfiteatro, que reciben un elevado número de visitantes al año, y donde la evocación de la romanidad en que nos envuelve este conjunto es excepcional. Además, las excavaciones necesarias antes de iniciar la nueva construcción, aportaría un importante contexto arqueológico que quedaría incorporado al museo. 

En 1980 el proyecto del edificio fue encargado al arquitecto Rafael Moneo Vallés, quien lo llevó a cabo entre 1980 y 1985.

La instalación museográfica es obra del actual equipo científico del museo que trabajó en estrecha colaboración con el arquitecto. Fue proyectada para asumir nuevas incorporaciones y cambios, según lo aconseje el desarrollo de la constante investigación arqueológica realizada en el solar emeritense. 
El museo fue inaugurado el 19 de septiembre de 1986 por SS MM los Reyes de España en presencia del presidente de la República de Italia. Se rememoraba así el vínculo de Roma con Augusta Emérita.

 
Por la simple contemplación externa del edifico, el visitante puede obtener un claro mensaje: tanto los materiales, las estructuras y masas nos acercan al mundo romano con un estilo nuevo y creativo. La monumentalidad que se aprecia en el exterior es aún más evidente en la representación del interior.

En el interior, desde la entrada por la izquierda se accede desde una rampa hacia la zona de exposición. Desde la puerta, con un solo golpe de vista, se domina el espacio expositivo. Esta propuesta le brinda especial importancia a la zona del acceso y a la simetría de las salas. Existe un predominio de la regularidad y la simetría, entendidas como constantes perceptivas de la forma y la utilización de luz y sombra para imprimir dramatismo y resaltar la monumentalidad en las perspectivas.

Las colecciones se organizan por áreas temáticas, y en diferentes niveles elevados sobre la planta baja se dividen las especialidades de las salas. Así, en el nivel bajo se disponen piezas de gran tamaño, mientras que en los niveles más altos se exhiben esculturas, retratos y piezas pequeñas en expositores.









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