Las
pequeñas estafas a las que nos vemos sometidos todos los días son cansinas. Cansan
igual que si la lucha fuera cuerpo a cuerpo y con espada.
Obra
en casa. Lucha con mi madre para que contrate un profesional que le entregue
presupuesto, que le haga factura (con IVA por supuesto) Tonterías, para eso
tiene ella a su “albañil de toda la vida”. Rendición. Nueva lucha. Esta vez con
el “albañil de toda la vida de mi madre” para que le haga presupuesto. No fue
posible. No tenía tiempo para esas cosas. Nueva lucha. Factura IVA si IVA no. Acepta
hacer factura con IVA. Concepto: Obra
¿Dónde?
¿Cuándo? ¿Por qué? Nada solo cuanto. Me comenta quien hace la declaración de la
renta que bastaría con poner donde se realizó la “obra” y la factura se puede
utilizar para deducir. Llamo al “albañil de toda la vida de mi madre”.
Enfadado: ¡¡es que las cosas no se hacen así!! ¡¡¡no va a volver a hacerle ningún
favor a mi madre!!!! Aaaa!! ¿fue un
favor?? Entonces ¿Por qué cobró casi 4000 euros?!!!!
Otra
lucha. Otro profesional de toda la vida. Carpintero. Marido de concejala del PP
(este dato no aporta nada pero, de verdad, es indicativo) Factura si. ¿con IVA?
Claro. ¡¡Anda sin lucha!! La factura la recoge mi madre. No se atreve a decirle
nada (como es marido de concejala del PP!!!) La entrega rasgada justo por donde
aparece el nombre de la carpintería y sus datos. Esta es imposible de utilizar
a no ser que entable nueva guerra. Desisto.
Nuevo
escenario. Otra profesional. “Deconails” Primeras veces que voy a hacerme las
uñas: para retirar el gel lima un poco la superficie y después retira los
restos con liquido (no se como se llama) Un día me venda las yemas de los dedos
con unas pequeñas gasas empapadas en el liquido y me dice que las ponga en el
secador. Bueno, otro método, pienso. Me quita las gasas y retira los restos del
anterior gel con algo parecido a un quitacutículas. Pregunto, ¿esto no es malo
para las uñas? No, en absoluto. No las afecta para nada. Una semana después se
me parten dos uñas. Vuelvo. Mismo procedimiento. Me regala las flores que me pinta en el dedo anular para que me vaya contenta. Una semana después el gel
salta en algunas zonas y con el se lleva la capa superior de mis uñas. Otras se
separan en capas aunque no se caen. No vuelvo. Me lo retira otra profesional
que me recomienda usar calcio durante al menos dos meses y, por supuesto, no
volver a utilizar ese tipo de gel. Lo único que ahorra es un poco de liquido
quita gel ¿eso le resulta mas rentable que perder una cliente?!!!
Otro
escenario. Puerta de casa. Bombona (de gas) en lo que viene a llamarse “to el
medio”. Tres días en el mismo sitio. Medito. ¿la pagué? ¿no la pagué? Sí la pagué.
Llamo por teléfono. Explico: No me han traído la bombona en tres días ¿hay algún
problema? Me pide el número de teléfono para consultar. No, dice, no hay
ninguno, la bombona se entregó al día siguiente, como siempre. ¡¡Pero si la que
tengo en la puerta esta vacía!!!. Sorpresa a ambos lados del teléfono. Tardo en
comprender. Cuando por fin caigo me explican que, después de todo he tenido
suerte, lo habitual es que se queden la bombona sin dejar la vacía. Me la
reponen mañana pero, por supuesto, tengo que abonarla. Me recomiendan que no la
deje tanto tiempo en la puerta!!!
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