Mi abuela Adela con
unos 12 o 13 años. Sentada en el patio de su casa. Seguramente al atardecer.
Una costumbre que mantuvo toda su vida, un descanso del día antes de comenzar
con la cena. Sentada en su silla, que también conservo siempre. Una silla de
enea pintada de color indefinido entre marrón y negro que alguna vez quizá se pintó
con un poco de rojo para que resultara más cálida.
Ayer, en un grupo de
Facebook, fueron amables y restauraron esa foto. Y fue como verla por primera
vez. En su patio cerca del jazmín.