La intención de los consumidores de comprar televisores es menor cada año y
cada vez son menos los usuarios que regularmente ven su contenido. Los cambian por otros
productos electrónicos de consumo, como teléfonos inteligentes (smartphones) y
tablets para ver los medios, a la vez que utilizan más servicios en línea y
descargan aplicaciones para diversos fines, incluyendo entretenimiento.
Estas
conclusiones forman parte del Informe
Global sobre el Uso de Productos y Servicios Electrónicos de Consumo 2012
de Accenture, presentado en el marco de la feria Consumer Electronics
Show 2012 de Las Vegas.
De
acuerdo a esta tendencia, el porcentaje de consumidores que tendrán la intención de comprar un televisor en los
próximos 12 meses se redujo del 35% en 2010
a 32% en 2011.
“La batalla por la
audiencia y el tiempo se intensifica, la audiencia
continúa dispersándose. “El deseo de un estilo de vida siempre activo, siempre
conectado, hace que los consumidores utilicen cada vez más otros productos
electrónicos de consumo en su vida cotidiana para acceder al entretenimiento
que antes proporcionaba la TV. Desde luego los consumidores seguirán comprando
televisores, pero sus preferencias están cambiando. Los consumidores están
sustituyendo rápidamente por otras pantallas como portátiles, PCs,
tablets y smartphones, para ver el contenido de los medios.”
Smartphones y tablets
La
investigación descubrió un vertiginoso aumento en el crecimiento del uso
de smartphones y tablets debido a que los consumidores valoran cada
vez más la movilidad. Más de la mitad (53%) de los encuestados poseen un
smartphone, mientras que en 2010 esta cifra ascendía a un 28%. Poseer una tablet subió al 12% en 2011 mientras que en 2010 fue
del 8%. Cuando se les preguntó a los consumidores sobre sus planes de compra de
dispositivos electrónicos en 2011 y 2012, la respuesta sigue siendo coherente:
el porcentaje de encuestados que planean comprar unsmartphone aumentó del 24% al 27%; para tablets, el
porcentaje se incrementó del 8% al 16%. Estos productos electrónicos de consumo
se utilizan cada vez más con fines de entretenimiento. Por ejemplo, el 44% de
los propietarios de la tablet utiliza la transmisión continua de contenidos
multimedia y el 43% baja aplicaciones por lo menos una vez por semana.
Servicios en línea y cloud
computing
Más de la
mitad (56%) de los encuestados señaló haber cambiado su comportamiento debido a
los servicios en línea y la nube. Casi un tercio (32%) ha dejado total o parcialmente de alquilar o comprar
DVDs; una cuarta parte
(25%) comparte contenidos más personales con familiares y amigos; y el 19%
accede a su contenido personal desde más dispositivos de los que utilizaba
antes. Tres cuartas partes (75%) utiliza su email en línea, el 37% juega juegos
en línea, y el 26% utiliza la transmisión continua de contenidos multimedia. La
generación más joven (18-34 años) es un gran usuario de servicios en línea;
casi la mitad (47%) juega juegos en línea y más de un tercio (36%) utiliza la
transmisión continua de contenidos multimedia.
Descarga de aplicaciones
Casi dos
tercios (64%) de los encuestados indicaron que descargan aplicaciones,
generalmente de tiendas de aplicaciones de proveedores de software y de
fabricantes de productos electrónicos de consumo. Más de dos tercios
(69%) utiliza aplicaciones de información (noticias,
clima y deportes); 58 por ciento utiliza aplicaciones de redes (redes sociales
y profesionales); y más de la mitad (56%) utiliza aplicaciones de
entretenimiento (música, juegos de grupo o individuales y vídeos).
Precios de televisores
Se les
preguntó a los encuestados qué los inclinaría más a comprar una TV. Más de la mitad (55%) indicó que compraría una
televisión si el precio estuviera dentro de su presupuesto; 42 % señaló que un
televisor con resolución de alta definición es un tema importante a tener en
cuenta. Sólo una cuarta parte (25%) nombró la funcionalidad 3D como una
capacidad deseada de un televisor nuevo. Asimismo, una cuarta parte (25%)
indicó que podría estar más predispuesta a comprar una TV si ofrecía la posibilidad de conectarse
a la Web para tener acceso a Internet y a su contenido
personal.
Teniendo en cuenta esto y que otros
expertos dicen que no se sabe aún si el consumidor, que en los últimos años ha
renovado su televisor y ya cuenta con aparatos de alta definición, estaría
dispuesto a ponerse las gafas especiales de 3D, creo que este tipo de marketing va en la dirección equivocada. No
está probada la necesidad del 3D en el hogar y son pocas las oportunidades de
que el consumidor lo adopte”.
Ese
movimiento hacia la televisión en 3D, me parece excesivamente
precipitado. La oferta de 3D en las salas de cine no ha conseguido probar que
esa tecnología sea algo más que un nicho. Existe un mercado, pero será de
crecimiento lento y las condiciones actuales no creo que lo favorezcan en
absoluto.
Cansados de renovar
Expertos
en Marketing, economistas e incluso psicólogos, dicen que, en el caso del 3D,
las empresas de electrónica parecen trabajar con una estrategia basada en la
creencia de que basta con fabricar algo para que el consumidor se interese en
comprarlo. En una entrevista concedida a Business Week, Howard Stringer,
consejero delegado de Sony, dijo que la empresa iba a inundar “el mercado” con
la tecnología 3D, porque dispone de más productos -juegos, televisiones,
reproductores de Bluray y cámaras usadas para hacer películas- que cualquiera
otra empresa. Stringer anuncio que el 3D se va utilizar en más aparatos.
Pero
no dijo cómo planea la empresa convencer al consumidor de que ha llegado la
hora del 3D. Creo que el proceso será lento. El potencial del 3D está apenas
empezando, pero va a exigir inversión por parte del consumidor. Aquellas
personas que acaban de cambiar su televisor antiguo por un HDTV durante la
recesión. ¿Estarán dispuestas a cambiar nuevamente?”
Ya
se ha visto que un aparato de televisión de 3D no es barato. No lo será tampoco
en un futuro próximo. Los precios varían desde 1.600 0 1.900 euros para el de 40 pulgadas y mas de 3.
para los de 55 pulgadas .
Los consumidores que compraron TV de HDTV entre 2007 y 2009, con precios en
torno a 1.000 euros o menos. ¿realizaran otra inversión?. En 2008, los aparatos
de televisión más vendidos fueron los de 40 pulgadas o más. En
2009, las pantallas menores, destinadas a los cuartos u oficinas, fueron las
que más se vendieron.
El
consumidor que más se interesaría por el último modelo de televisor ya realizó
un desembolso cuando compró un aparato nuevo. A las personas que realmente les
gusta el deporte, el cine y jugar en la televisión ya tienen aparatos de pantalla
plana en su sala de estar y,¿Ahora vamos a pedir a esas mismas personas que
gasten entre 2.000 y 4.000 euros en un buen aparato de televisión 3D y dos
pares más de gafas especiales? Lo siento mucho, pero creo que esta vez la
tarjeta de crédito no va a salir de la cartera.
Habrá
que tener en cuenta que resulta lógico el cansancio de la actualización o
renovación. Las empresas están apostando por el improbable escenario de que “el
público comprará el aparato de 3D para sustituir un viejo televisor de LCD de
pantalla plana adquirido hace seis meses”.
En
otras palabras, las empresas de electrónica puede que hayan elegido un momento
muy malo para el lanzamiento de estos productos. No han considerado que, tal
vez, el consumidor esté cansado. Este consumidor es el mismo que ha pasado a
toda prisa de la televisión de tubo de rayos catódicos a las pantallas planas, así
que el mercado de televisores de 3D va a crecer muy despacio. No se trata de
una actualización obligatoria como pudo haber sido, por ejemplo, pasar del
aparato en blanco y negro al de color o del VHS al DVD.
David Hsu, profesor de
Gestión de Wharton, reconoce el posible cansancio de actualización, pero añade
que es imprescindible que los fabricantes de electrónica continúen lanzando
nuevas tecnologías que estimulen las compras del consumidor. “A Sony, Samsung y
otras empresas les interesa enormemente la introducción de nuevas tecnologías,
para que las personas no se queden con el mismo aparato de televisión durante
12 años”, dijo. “Eso significa, en otras palabras, que su televisor estará
obsoleto en tres años, de manera que el consumidor se habitúe a reemplazarlo”.
El
problema es que el consumidor no se ve recompensado por cambiar su televisor rápidamente.
“El consumidor típico se hará la siguiente pregunta: ‘¿Por qué necesito eso?’”,
dice Hsu. Éste compró un HDTV justo después de que el aparato fuera puesto a la
venta y pagó mucho más de lo que habría pagado si hubiera esperando un poco
más. “Al principio, el precio es siempre más elevado. Pasado algún tiempo, su
dinero rinde más”. El desafío del 3D, destacan Hsu y otros, consistirá en
proporcionar al consumidor una experiencia exclusiva que deberá seducirlo a
pagar más por el televisor de 3D.
¿Demasiado envolvente?
Una
posible dificultad para la tecnología 3D, dicen los expertos, es que la
experiencia de ver televisión en un aparato de esos podría ser demasiado
exclusiva. En realidad, el 3D puede ser demasiado envolvente y ocupa mucho
tiempo, El consumidor generalmente ve la televisión mientras hace otras cosas:
come, conversa o trabaja con el portátil. Sería difícil hacer esas cosas
llevando gafas especiales y participando, al mismo tiempo, en una experiencia
de entretenimiento muy avanzada. La televisión en 3D es demasiado envolvente. Es
una experiencia de inmersión total. ¿Estamos dispuestos a estar tan
involucrados con el contenido que ofrece la televisión hoy en día? Yo lo dudo”.
La implicación del consumidor con la televisión en 3D se limitará a ciertos
tipos de contenido, como deportes y juegos, y, aún está por ver si cine.
El
uso de la televisión en 3D probablemente exigirá un cambio demasiado grande en
algunos hábitos muy arraigados en el consumidor. Por ejemplo, difícilmente vemos
un programa o a una película entera; en lugar de eso, cambiamos de canal con el
mando. Ahora, viendo televisión, no solo hacemos diez cosas a la vez, también
cambiamos de canal en busca de entretenimiento de duración media. ¿Que pasará
cuando este consumidor haga zapping y no haya contenido suficiente en 3D? ¿Se
va a quitar las gafas y a continuación, va a colocárselas de nuevo? Expertos
reconocen que el 3D funciona en el cine porque el espectador está totalmente
inmerso en la experiencia sin la opción de hacer otras cosas pero en su hogar
sería más difícil. Además hay una diferencia muy significativa entre la
pantalla grande y la pequeña. Incluso en aparatos de 50 y de 60 pulgadas la
experiencia no es la misma que en el cine.
La importancia del contenido
El tamaño del mercado de tecnología 3D va a depender, en buena
parte, del contenido disponible y de la inversión necesaria para producirlo. Las
empresas responsables del éxito del 3D están preparándose para producir un
contenido cuyo objetivo es el de seducir al consumidor y hacer que cambie de
televisión. Pero aun esta por ver como será su desarrollo y si estos contenidos
estará en abierto o también necesitaran necesitarán pagar los consumidores por
ello.
Si las empresas se decidieran a producir sus propios programas el
volumen de contenido en 3D dependerá de los costes de producción y del nivel de
tecnología empleado. Estos contenidos necesitaran de grande inversiones y las
empresas tendrán que realizar estas inversiones en medio de mucha
incertidumbre. Para que la televisión en 3D obtenga la aceptación pública, el
contenido tendrá que ir más allá de la mera novedad y tratar de cosas que hagan
que las personas continúen suscritas al servicio.
Y, los proveedores de contenido y distribuidores como las empresas
de cable tendrán que decidir qué programas van a merecer el tratamiento 3D.
¿Sólo películas? ¿sólo deportes? ¿Se transmitirán todos los programas, incluso
las noticias, en 3D? Si se limita exclusivamente al cine ¿Quién producirá esas películas?
Todo
esto, respecto a la empresa, pero y ¿el consumidor? ¿Cómo lo siente?
1.- la Tecnología, ¡un tobogán!
Ya hemos visto a nuestro usuario cambiar emocionado su televisión de tubo de rayos catódicos por uno de pantalla
plana de plasma. Pero el reinado de estas pantallas plasma les duró poco y pronto llegó
LCD, una nueva tecnología que colonizó espacios que los plasma nunca pudieron
llenar, con televisores más pequeños, costos más bajos para la época, mayor
duración de la pantalla y menor consumo de energía. Y
cuando muchos aún no habían terminado de pagar su televisor LCD, los
fabricantes de estos dispositivos decidieron traer al mercado los avanzados
equipos LED, que
descrestan por su extrema delgadez, menor consumo de energía, colores
impactantes y alto contraste. Hoy nadie duda, si cuenta con el dinero, en
elegir un LED sobre un plasma o un LCD. Y, ahora el 3D!! Pero la realidad, a los ojos de este
espectador, es que la tecnología 3D en los televisores no ha sido
inventada por completo, le falta madurar, ofrecer imágenes que no se vean
borrosas o distorsionadas. Así
mismo, es necesario que las decenas de mejoras realizadas constantemente a
estos equipos (gafas pasivas, gafas activas, sin gafas, tecnología
antiparpadeo) eviten pensar que es una tecnología aún en desarrollo y que, al
comprar un televisor de estos, en pocos meses estará obsoleto y habrá
productos superiores. Son los
consumidores los que pagarán el precio del ‘ensayo-error’ de los
fabricantes y no es un buen momento para esto.
2.- la tecnología ¿sé cual es mejor?
Entramos en unos grandes almacenes. Nos
dirigimos a la sección de electrónica para ver los televisores 3D. Hoy
promocionan unas gafas pasivas similares a las de las salas de cine ( no
requieren sincronización con el televisor), permiten ver imágenes 3D en
cualquiera de los modelos de televisión de LG que es quien las fabrica. Pero el
mes pasado podríamos haber encontrado las de Sony en promoción, aunque aquellas
eran más grandes y pesadas que hablaban con el televisor. Tenían un botón de
encendido. Y, además hemos leído que Toshiba lanzara un televisor que no
necesita gafas para apreciar el efecto 3D. Y, así sucesivamente con Panasonic,
Samsung y otros menos conocidos.
Entonces, ¿cuál es
la idea con esto? ¿Confundir al máximo? ¿Tentar con televisores sin gafas o
decir que se utilizan las mismas del cine? ¿Decir que la mejor calidad se
obtiene con gafas activas, como las de Sony? Todavía no hay voces definitivas
al respecto.
3. Precios a la ‘3D’
potencia.
Algunos fabricantes
han mencionado que sus televisores 3D tienen el mismo valor que los que no
incorporan esta tecnología, por lo que la opción 3D viene como valor agregado.
Sin embargo, basta con visitar cualquier tienda de tecnología para darse cuenta
de que los precios de los 3D son astronómicos. ¿Vale la pena?¿cuantos están dispuestos
a pagar por un equipo adicional solo por el hecho de que ofrece 3D?
A esto hay que
sumarle un equipo que permita reproducir contenidos almacenados en formato 3D,
que puede ser un reproductor Bluray 3D o una consola PlayStation 3. Más costos
para poder disfrutar de la experiencia!!!.
4. Esta experiencia ¿es una
buena experiencia?
Es curioso, pero
siempre que alguien prueba un televisor 3D su conclusión está
relacionada con dos frases: ‘se ve bien’ o ‘no se ve bien’. Lo ideal sería
juzgar el contenido, no la forma en la que este se aprecia. Y para comprar un
TV 3D, no creo que sea bueno someterse a que funcione o no funcione, pues lo
ideal a la hora de adquirir tecnología es que cumpla lo que promete. La
experiencia de probar varios televisores en una tienda puede dejarnos mareados después
de unos pocos instantes poniéndonos y quitándonos las gafas (algunas
asociaciones de consumidores defienden que cerca del 15 por ciento de las
personas que ve una película sufre de dolor de cabeza y cansancio de la vista),
imágenes borrosas, incomodidad con las gafas y un deseo por disfrutar un mejor
efecto 3D.
5. No hay mucho para ver.
Si compra un
televisor 3D, ¿se conformaría con ver decenas de veces el demo y la
película que le han regalado, Creo que en EEUU ya existe un canal 3D pero en
España esto está lejos de suceder.
Para acabar, quizá podrían:
- Avanzar en su tecnología mas que hacia la 3D hacia un televisor sin cables, ningún cable, una fusión entre la televisión convencional con la tecnología actual que permita aprovechar al máximo intenet y, sin mando a distancia.
- continuar en su política de producir los videojuegos en una versión en 3D.
- No abandonar la inversión realizada en investigación y producción de 3D lanzando sus propios canales de 3D en los que el contenido mas importante sería el deporte, retransmitiendo los eventos mas importantes de fútbol o baloncesto (ambos con muchos seguidores). Porque el esfuerzo de recolocar un mapa de percepción siempre será bastante menor que si tuviéramos que crear uno nuevo.
- También se podría llegar a acuerdo con alguna cadena que realice series propias como HBO, por ejemplo, para iniciar alguna en 3D que fuera emitida en exclusiva en el canal.
- Dejar de invertir en películas basadas sola y exclusivamente en el efecto 3D. Está claro que cuando el 3D llegó a los cines, todos queríamos probar eso que hacía que los objetos saliesen de la pantalla. Avatar contribuyó mucho al impulso de esta tecnología por ser una buena superproducción, en poco tiempo se convirtió en la película más taquillera de la historia, pero pronto empezaron a llegar nuevas películas que, lejos de ofrecer calidad a nivel de cine, resulta que habían sido reconvertidas al 3D a través de software, ofreciendo una calidad pésima, pérdidas de nitidez, brillo…
Muchas productoras de Hollywood vieron que por sólo llevar el
logotipo 3D, los ingresos aumentaban por espectador, pues al precio de las entradas se les añade 3 euros por utilizar esta
tecnología. Pero los espectadores superada la sorpresa inicial, exigían algo
mas que esto (sorpresa) y otras productoras lo han intentado sin éxito
alguno, (exceptuando a Toy Story 3 en 3D) Furia de Titanes fue también un
sonado fracaso.
Hace un mes Disney registró una pérdida de 200
millones de dólares por "John Carter", una película de ciencia
ficción con muchos efectos especiales basada en la serie de libros de Edgar
Rice Burroughs, más conocido como el creador de Tarzán. La película
protagonizada por Taylor Kitsch tuvo un presupuesto de 250 millones de dólares,
igual al que gastó la 20th Century Fox en "Avatar”. "John
Carter" recaudó sólo 269 millones en taquillas a nivel mundial mientras
que "Avatar" recaudó 2.800 millones. Tras pleitos con los
propietarios de cines y por los gastos de publicidad, Disney dijo que
"John Carter" provocaría una pérdida de entre 80 y 120 millones en el
trimestre que terminó en marzo. Hace unos días el director del estudio
cinematográfico de Disney Rich Ross presentó su renuncia después de conocer
las grandes pérdidas debido al fracaso de la película
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